Alejandro González Díaz
La Habana, Cuba 1975
Biografía
Ha trabajado de forma independiente y colectiva desde el año 2000 en más de 40 muestras colectivas en EEUU, España, Alemania, Francia, Cuba, México, Colombia y Paraguay desarrollando una tesis de corte sociológico sobre la producción del arte contemporáneo, entendiendo su práctica como resultados de un sistema relaciones sociales complejo desde donde tiene lugar el proceso estético, constituido por elementos mediadores entre las obras y los públicos que condicionan la percepción y los sentidos de las obras mismas. Alejandro propone una lectura del arte actual, que más allá a las intenciones iniciales de los artistas, se presenta como resultado de los múltiples agenciamientos que intervienen en la realización y circulación del arte.
En ese sentido Alejandro González ha configurado su producción, como una práctica inestable e imprecisa, abordando desde la pintura, la escultura, la instalación, la intervención urbana, hasta la fotografía y el audiovisual. Por un lado, trabajando con un lenguaje que, utilizando los procesos diversos que se desarrollan en los entramados artísticos, destaque espacios socio-culturales contradictorios y litúrgicos en estado de transformación y por otro, motivado por temas que se desplazan desde un análisis del patrimonio cultural como residuo de expresiones hegemónicas, , la memoria histórica como campo de batalla y el análisis de prácticas culturales extra-artísticas que promueven formas de actividad estética y generan prácticas, residuos, objetos y productos poco definidos…
Entre las muestras personales y proyectos colectivos de su propia dirección y realización en Cuba, Paraguay, España, EE.UU y Francia destacan las intervenciones públicas del Departamento Superior del Equipo Asunción Art Corp, en colaboración Erika Mesa y Javier López. Entre estas: “Línea 2002-2003”, “Latinoamérican Art”, “Los caminos cruzados”, “Cuba, senderos anónimos”; y más recientemente como parte del Proyecto Procesual, “Goaltending”, “Tierra quemada”, “Limbo”, “Paranoia”, “Ficción”, “Doble Fachada 1 y 2“, “Mercado de derivados patrimoniales”, “El despliegue anónimo del odio”, “Desacuerdos”, “Proyecto Irreversible”, “Información Desplazada”, “Referencias territoriales”, “Marina 255. Confinamiento colectivo”, todas estas, intervenciones públicas e instalaciones que se caracterizan por la vinculación interdisciplinar, como también sucede por ejemplo en la “Obra-Catálogo #1”, para la cual utiliza las redes sociales e internet como soporte para difundir mensajes que invoquen el carácter interactivo e interdependiente del arte contemporáneo.
En sus obras es recurrente la participación de arquitectos, diseñadores, en ocasiones la presencia de hasta una treintena de artistas que actualmente constituyen pilares del arte conceptual y sociológico hispanoamericano, donde destacan por ejemplo Eugenio Ampudia, Waldo Balart, Eugenio Merino, el Colectivo Democracia, así como la participación de importantes críticos y comisarios como Fernando Castro Flores, Ticio Escobar, galeristas como Guillermo de Osma, Juan Curto, Jacobo Fitz James, entre otros, participando de proyectos de diferente índole, como es el caso del material audiovisual “Into the Brillo Box. Un documental de arte contemporáneo”, de su propia producción, dirección y realización en colaboración con Yeny Casanueva; consistente en un video-art de larga duración, donde señala transformaciones estructurales del campo del arte al interactuar con mecanismos y prácticas de participación global generalmente ajenas a las dinámicas y lógicas propias de los artistas y sus procesos de creación…
Desde el 2014-2017 desarrolló una línea de trabajo en colaboración con Yeny Casanueva, que consistió en una serie de instalaciones, en las cuales no se proponía mostrar una dirección narrativa específica, sino abordar una diversidad de temas, géneros y medios, que permiten explorar perspectivas múltiples, y que según los diversos entramados de apropiación de estas obras por parte de públicos pertenecientes a contextos sociales diferentes, se desarrollasen varios ejes conceptuales fundamentales en torno a cómo se transforma un planteamiento estético cuando es puesto en relación con otros campos, ajenos a las lógicas propias del campo del arte, y a cómo la estética y lo político se articulan, al configurar dentro de un espacio específico, un reparto diferente de las maneras de ver y los modos de sentir.
Actualmente realiza una carrera en solitario donde explora los vínculos entre arte y política, comprendiendo la estética como una dinámica trasformadora de los espacios y sus funciones, con posibilidades diversas que invitan a cuestionar y resistir a las representaciones hegemónicas, así como las lecturas e interpretación de un mundo configurado por ficciones dominantes.