OBJETOS IMPRECISOS
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DIBUJOS
CUADERNO DE NOTAS
Repartos y distribuciones; los modos de sentir Inicialmente lo que me interesaba era producir un tipo de experiencia, trabajar dentro de un marco de experiencia donde se visualizara, o tal vez sencillamente se intuyeran, las formas de distribución de la palabra, quienes la tienen y cómo la utilizan, cómo se articula un conjunto de palabras para constituir un tipo de verdad y qué efectos de poder existen en la palabra. Por otra parte, creo que esta experiencia, esta situación inusual de habitar un tipo de sensibilidad, podría dirigir la mirada (haciendo énfasis en ello) hacia quienes quedan fuera de las palabras, a los que no tiene parte en el reparto de las partes, a esos que no pueden tomarlas porque representan un ruido, los que no tienen lenguaje o de tenerlo no sería propio.
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Proyecto Procesual
Al explorar las relaciones que se establecen en los procesos estéticos, no se puede dejar de indagar en otras tramas que aunque no tengan que ver directamente con el arte, promueven una gestión diferente de su producción. Pretendemos destacar cómo vemos la constitución de las tramas que hacen posible (directa o indirectamente) la práctica artística, los efectos que produce a nivel político y cultural, y en qué medida, incorporando su exploración en nuestro trabajo, confluiría con la idea de comprender el arte como un sistema de relaciones estructurales.
En mi búsqueda como artista, he intentado explorar cómo el arte puede ser una herramienta poderosa para cuestionar y reconfigurar las estructuras sociales. Este enfoque parte de la idea de que las prácticas estéticas no son entidades aisladas sino sistemas de relaciones que reflejan y potencialmente transforman las dinámicas sociales. La obra de arte, en este sentido, se sitúa como un espacio en el que se pueden revisar y desafiar las estructuras de poder, generando diálogos que trascienden las barreras tradicionales.
La concepción del arte como una forma política de interacción me lleva a considerar cómo las diferentes configuraciones espaciales pueden alterar nuestras percepciones y roles dentro de la experiencia artística. Al crear obras que no se presentan como objetos cerrados, sino como escenarios abiertos a la participación activa, propongo un enfoque en el que el espectador se convierta en co-creador de significado. Este acto de participar y reconfigurar la obra resalta la importancia de desmontar las jerarquías tradicionales entre el creador y el receptor, sugiriendo una democratización del conocimiento y la experiencia estética.
En este contexto, la obra de arte no se reduce a su capacidad de evocación lingüística; más bien, se convierte en un campo de juego semiótico en el que se desarticulan las certezas del lenguaje. Al utilizar materiales y técnicas como la distorsión de telas, busco enfatizar la inestabilidad inherente del significado, un enfoque que se centra en la imposibilidad de fijar un solo entendimiento de la realidad. La multiplicidad de pliegues y superficies invita a una exploración continua y a la renuncia de una interpretación única, reflejando así una realidad que siempre es múltiple y subjetiva.
La relación entre la estética y la realidad no es meramente representativa sino performativa. Al proponer configuraciones artísticas que desafían las narraciones dominantes, el arte tiene el potencial de convertirse en una práctica crítica que cuestiona las estructuras de poder hegemónicas y propone nuevas formas de ver. Al generar ficciones alternativas, se crea un espacio de resistencia donde es posible inventar futuros diferentes y más inclusivos, mientras se desafía constantemente la normatividad del relato oficial.
En última instancia, mi trabajo busca abrir un diálogo sobre la naturaleza misma de la realidad y nuestro papel en su creación y perpetuación. La deconstrucción de las narrativas establecidas invita a una relectura continua, no para encontrar una verdad definitiva, sino para aceptar la riqueza de una interpretación inacabada. La obra se convierte en una plataforma desde la cual cuestionar, desafiar y, en última instancia, reinventar las relaciones entre el arte, la sociedad y el individuo. A través de esta práctica, aspiro a que el arte no solo refleje el mundo, sino que participe activamente en su transformación crítica.
Por: Rodrigo Alonso
No hago mi trabajo sabiendo lo que voy a hacer. Prefiero el riesgo de lo impreciso, el peligro de no ir a ninguna parte, las posibilidades de quedar extraviado; tal vez en esos circuitos poco definidos es donde mejor me siento. Alejandro González
Las obras actuales de Alejandro González ocupan un espacio indeterminado entre la pintura, el objeto y la instalación. Poseen imágenes, materiales plásticos y textos, ostentan volúmenes concretos, adoptan un lugar contundente sobre la pared. Amalgaman recursos visuales, expresivos, comunicativos, sensoriales, significativos. Y, sin embargo, no resuelven su sentido en una única manifestación por un motivo muy simple: la negativa de su autor de responder a las exigencias habituales de la interpretación.(...)
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