Alejandro González Art


Fragmentos de entrevista realizada por la comisaria y productora audiovisual Ana R. Lozano para el Libro-Catálogo Procesual. Octubre 2014

P- Antes de realizar la entrevista, me comentaban que el proyecto había nacido en La Habana y luego transitado por algunas ciudades europeas, atribuyéndolo de esta forma a un trayecto difuso vinculado al continuo desplazamiento geográfico y lo que esto supone. ¿Podríamos ahondar en este tema?

R- Cuando cruzas fronteras constantemente te quedas en un espacio de transito donde por tención, más que por conciliación, comienzas a generar una serie de obras que no te permiten hablar de otra cosa que no sea ese espacio transitorio, y como comentabas, muy poco definido. No obstante estos recorridos ligados a una migración más o menos errante se vuelven productivos cuando se pretende desarrollar una práctica artística que supone explorar los vínculos o las rupturas generadas en las interacciones del arte con social, sobre todo si vas constantemente de un lugar a otro como en nuestro caso, que nos hemos mantenido viajando por varias ciudades e interactuando con diferentes prácticas, niveles y entramados sociales de manera temporal.

En este sentido no podríamos hablar de relaciones definidas que nutren la experiencia estética, y que desde nuestro punto de vista se podrían vincular con determinados estereotipos, en todo caso hablamos de transitoriedad y desplazamientos, por lo tanto sucede todo lo contrario, estas relaciones se convierten en intercambios indefinidos e inestables.

Nosotros no hemos sido ingenuos al respecto, las migraciones son un proceso complejo subrayado por las diferencias que nutren las relaciones interculturales que a su vez tienen una dependencia muy fuerte con procesos políticos y económicos de los lugares de acogida. Es así que Procesual alberga obras muy diferentes que en algunos casos trata de repensar lo intercultural sin ser indiferentes a los motivos de las desigualdades en un mundo interconectado y global. Donde además, esto es mucho más complejo si pensamos que el relativismo cultural que tanto promovió el posmodernismo resultó ser un fracaso, lo podemos sentir en nuestro entorno, en los medios, incluso llega a ser parte de programas de partidos políticos que promueven el rechazo por lo ajeno. Como señala García Canclini es un panorama muy controvertido, por una parte se implantaron políticas que estimulaban la diversidad y por otra se desarrollaron mecanismos transnacionales de concentración monopólica de la propiedad y de control de los medios de producción material y simbólica

P- Cuando me presentaron este proyecto como punto de partida para resaltar lo que ustedes llaman procesos combinados ¿Se referían a los acercamientos transversales donde actualmente convergen una parte significativa de la estética?

R- Realmente el punto de partida tuvo más que ver con la idea de vincularnos a un patrimonio local, a una memoria o a un contexto socio-político al que no se pertenece, pero al que necesariamente hay que vincularse de una u otra forma. Es difícil porque esto no tiene muchos intercambios generosos. Pues permaneces en un entorno que constantemente te marca las diferencias reorientadas por modelos y políticas de exclusión donde los espectáculos integracionistas son completamente falsos.

Por lo tanto debes entender cómo esa realidad y los vínculos que estableces con ella, desde el sentido del viaje y el desplazamiento permanente, se convierten en magníficas posibilidades para desarrollar propuestas que también destacan la incertidumbre y procesos con localizaciones complejas.

Cuando uno se aproxima a lo local desde lo transitorio tiene otra forma de interactuar con esos espacios, los conceptos cambian permanentemente, todo se hace bastante combinatorio.

En cuanto a las obras que se producen de estas interacciones , es posible que lo más interesante para una actividad estética que en ocasiones se nutre de la experiencia sociológica son los procesos que las generan y no los objetos, digámosle artísticos, que finalmente se presentan para formar parte de otros procesos de circulación social.

Ahora bien, si eres un artista, no puedes dejar de preguntarte por la naturaleza de las obras, y en este sentido sí estaríamos hablando de ese espacio convergente que reorganiza la transversalidad de propuestas. Lo que sucede más allá de esto es que el arte y su campo de relaciones más o menos estable han perdido parte de su autonomía. Por lo tanto deberíamos reconocer una producción estética vinculada a otras disciplinas, una producción interdependiente motivada por intercambios procesuales que podrían entenderse como elementos de transformación dentro del campo de la actividad estética.

Por otra parte nosotros creemos que deberíamos entender este asunto desde posiciones diferentes, porque como te decimos no existe una pérdida total de la autonomía del campo del arte, no en todos sus niveles, como tampoco podríamos hablar de deslocalizaciones absolutas promovidas por lo global donde lo local quedaría relegado... Siguen existiendo artistas, creemos que son la mayoría, que trabajan dentro del campo del arte y tratan de mantener, aunque de manera dudosa, su autonomía, y decimos de manera dudosa porque los mecanismos y normativas que legitiman sus prácticas están fuertemente condicionados por relaciones extra artísticas, incluso a niveles superiores, donde muchos artistas participan de juegos mediáticos de manera constante y elaboran estrategias de marketing al estilo de los sistemas empresariales.

En otro sentido, siguiendo el enfoque de procesos combinados, tratamos de reconocer la práctica artística contemporánea en relación a una producción colectiva, esto no quiere decir que no reconozcamos las diferencias de la actividad estética en relación a otras dinámicas, lo que queremos decir es que durante el proceso estético se requiere de múltiples participaciones. Por lo tanto creemos que toda producción artística de una forma u otra es producción colectiva. Otra forma de entenderlo es que ninguna obra es algo en sí misma, por una parte, desde una dimensión mucho más compleja y tal vez indirecta, todas establecen vínculos con la estructura socio-económica y cultural del contexto donde se produce, es decir una apropiación de la realidad material y simbólica de dicho contexto, y por otra, mirándola desde un espacio constituido y mediado por relaciones específicas, necesita también de participaciones diversas para insertase y legitimarse como actividad estética. Incluso los artistas que realizan prácticas de desplazamientos y viajes como escenario de sus producciones en busca de la descontextualización de sus obras no dejan de interactuar o tener algo que ver con una producción colectiva auspiciada por participantes y colaboraciones numerosas. Ahora bien, mirando esto desde otra perspectiva que conlleva otro tipo de análisis, estas colaboraciones podrían estar marcadas por una restructuración global donde unos pocos se adueñan del capital simbólico para utilizarlo con fines específicos. Es por eso también que decimos que no hay una perdida absoluta del campo del arte, ya que de alguna manera este puede ser además la expresión de un sector hegemónico capaz de acceder a la apropiación de sus bienes y señalar distinciones.

P- Entonces... ¿Qué quiere decir Procesual?, o mejor dicho ¿hasta qué punto tiene relación con lo que se conoce como Arte Procesual?

R- En primer lugar sucede lo siguiente, hemos quedado subordinados a un sistema hegemónico global que ha alcanzado sus objetivos desarrollando imposiciones de modelos financieros y económicos, pero también políticos y culturales. El arte, o su campo como espacio que definía y valoraba las prácticas artísticas, no queda excluido de estos modelos. Pero a la vez lo global nos ha permitido un sistema de relación basado en un mundo interconectado que nos permite situarnos en intersticios donde se pueden desarrollar otras formas de participación que a su vez podrían generarse como flujos de alternativas y transformaciones.

Nosotros entendemos la experiencia artística como consecuencias de múltiples negociaciones en una escala simbólica. Para nosotros el arte, sobre todo su producción contemporánea, es un sistema de relaciones, podríamos decir impreciso donde confluyen e interactúan procesos y colectivos diversos en función de desarrollar prácticas u objetos “artísticos”, que a su vez permiten y mantienen estas interacciones. No obstante desde otro punto de vista esto podría ser controvertido ya que tal vez correríamos el riesgo de reducir el arte a mecanismos que harían predecibles sus resultados.

Utilizamos el termino procesual para nombrar y definir las obras que se enmarcan en este proyecto. De alguna manera pretendemos explorar los procesos que generan o condicionan la producción y circulación de las obras, es decir, por una parte trabajamos desde los procesos mismos como herramientas que constituyen y transforman la práctica estética, y por otra pretendemos señalar los vínculos, rupturas e intercesiones procesuales y estructurales que reconfiguran los entramados estéticos y socioculturales orientados desde una perspectiva global donde tal vez no podríamos entender el arte como algo en sí mismo, sino vinculándolo a otros disciplinas y conceptos que como este han sufrido transformación en los últimos años.

En general tratamos de comprender la producción estética como un espacio interdependiente, vinculado a entramados complejos, donde cambian las relaciones interactivas de los elementos que constituyen el proceso estético, por lo tanto cambia la estructura del mismo. Nuestras propuestas ubican los procesos mediadores como parte de las obras en su relación con lo social, estas mediaciones, desde nuestro punto de vista podrían también condicionar la producción y circulación de las obras a la vez que desarrollan configuraciones de sentido. Ahora bien, independientemente de todo esto, creemos que lo importante es mantenernos en un espacio donde la contradicción sea permanentemente resaltada. Teniendo en cuenta alguna de nuestras obras más recientes acertaríamos si dijésemos que muchas veces no sabemos lo que estamos haciendo, puesto que de alguna manera en muchas de estas obras excluimos los intereses por destacar procesos para resaltar todo lo contrario; una anulación de toda relación definida, que provoca vínculos con el espectador aunque estén suspendidos en una desconexión con evidencias procesuales borrosas.

P- Pero esto contradice todo lo que me habían estado comentando hasta ahora...

R- Es muy posible, pero en el fondo eso no tiene ninguna importancia. Mira, en un principio hemos trabajado con elementos y prácticas que de alguna manera se mantenían desvinculadas a la producción artística. No se trataba de abandonar el campo del arte para ubicarnos en espacios que propiciaran otras lógicas, se trataba tal vez de construir nuevos procesos y modos de relacionarnos, no solo resaltando determinados vínculos sino también rupturas, teniendo en cuenta la distancia y la transitoriedad, Trabajando en zonas de intercesiones transdisciplinarias, que no respondían a las reglas de un circuito con valoraciones, que deberían ser revisadas, de objetos y dinámicas de circulación como las tradicionalmente construidas dentro del campo del arte.

Pero, volviendo específicamente a las obras más recientes, nada de lo que hemos comentado es inamovible, por lo tanto lo que hacemos podríamos decir, es más inestable, deslocalizado y por supuesto mucho más en la necesidad de ser permanentemente revisado.



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    2007-2017.
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